domingo, 5 de febrero de 2012

La Gran Pirámide de Guiza, el polo norte celeste y las estrellas circumpolares.

                                                                                 
Si por la noche desde la Tierra uno observa el cielo estrellado durante unas horas, puede ver que todo el firmamento gira alrededor de un punto fijo en el cielo, el polo celeste correspondiente al hemisferio, norte o sur, en el que uno está. Si esa observación se realiza muchas noches a lo largo del año, se ve que hay estrellas que salen por un lugar del horizonte y se ponen por otro, mientras que otras siempre están por encima del horizonte, es decir, ni salen ni se ponen. Son las más cercanas al polo celeste. Giran alrededor de éste sin ponerse nunca, y se denominan estrellas circumpolares.

Los antiguos egipcios tenían un gran interés por el punto del cielo que hoy llamamos polo norte celeste, el centro alrededor del cual, como decía antes, visto desde el hemisferio norte, gira el firmamento nocturno. A las estrellas que por su cercanía al polo nunca se ponían, las circumpolares, las consideraban "las imperecederas" (1), "las indestructibles", "aquellas que no conocen el cansancio" o "la destrucción" (2). Para ellos eran símbolos perfectos de inmortalidad.

La Gran Pirámide de Guiza está encarada hacia el norte. El lado que mira a dicho polo celeste lo hace con una desviación de sólo 2' 28", es decir, con una exactitud asombrosa. Alinear la pirámide con ese punto del cielo era declarar que todo lo que estuviera conectado con esa construcción, en concreto el estado egipcio y el faraón, vivirían para siempre. (3)

Notas:

(1) Lurker, Manfred (1974) "Diccionario de dioses y símbolos del Egipto Antiguo", apartado de "Estrella". Barcelona: Ediciones Índigo.
(2) Campion, Nick (2008) "A History of Western Astrology", vol.1, capítulo 6. Londres: Continuum Books.
(3) Una explicación más detallada de ésto se puede encontrar en el capítulo 6 del libro de Nick Campion mencionado en la nota anterior.