Se dice que los unicornios son criaturas extremadamente huidizas que raramente se dejan ver. Sin embargo, se afirma que aman a las doncellas, y basta que vean a una en el bosque para que la sigan. Cuando éstas se sientan a descansar, los unicornios se tumban a su lado y se quedan dormidos sobre sus faldas.
Éste es uno de los temas principales del libro "La puerta de los pájaros", de Gustavo Martín Garzo. El autor, nacido en Valladolid en 1948, es licenciado en Filosofía y Letras en la especialidad de Psicología, y fundador de las revistas literarias "Un ángel más" y "El signo del gorrión". En 1994 recibió el Premio Nacional de Narrativa por su novela "El lenguaje de las fuentes". En 1999 obtuvo el Premio Nadal por "La historias de Marta y Fernando". Entre otras novelas, ha publicado, a parte de las ya citadas, "Marea oculta" (1993, Premio Miguel Delibes), "El pequeño heredero" (1997), "El jardín dorado" (2008), "Y que se duerma el mar" (2012). También ha cultivado la narrativa infantil con, por ejemplo, "Tres cuentos de hadas" (2003) por el que consigue el Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil. En su faceta como ensayista ha publicado títulos como "El pozo del alma" (1995), "El libro de los encargos" (2003), o "La calle del paraíso" (2006).
"La puerta de los pájaros" es una novela llena de elementos fantásticos y mitológicos, que bebe mucho de toda la tradición de mitología y cuentos de la cultura occidental. Melusina, el mago Merlín, el unicornio y la doncella, la mujer vampiro, un reino que se vuelve yermo y estéril, cuyo rey enferma, y a los que hay que sanar, etc.
La Puerta de los Pájaros, por otro lado, existe realmente. Está en Comillas (Cantabria) y fue diseñada por Antonio Gaudí. Cuentan que Gaudí la dibujó con su bastón en la arena de la playa tras contemplar el vuelo de las gaviotas.