Cuando la gente habla de "hechos", cuando dice "es un hecho", como que si es un "hecho" es que es impepinable y es real, estamos entrando en el ámbito del elemento tierra entendido como lo literal, lo impenetrable, lo más sólido, lo más opaco. En los "hechos" la tierra se presenta como un límite, una pared, algo que ya es impenetrable. A donde quiera que atendamos podemos poetizar, imaginar, comprender, hasta un límite. Ese límite, sea cual sea, en el cual ya no podemos poetizar porque hemos caído en literalidades y ya no vemos más, es la parte tierra. Cada uno de nosotros está atrapado donde no concibe más que hechos, y no los puede imaginar.
Pero el plano de literalidad puede ir desplazándose. Puede que algo que ha sido tomado como un hecho, luego haya una mirada que lo atraviese y lo devuelva a la imagen. Pero esa mirada también tendrá su tope, y su tope será donde ya literalice. Dicho de otra manera, el límite no tiene por qué ser un lugar donde quedarse; puede ser el punto de partida de un nuevo proceso imaginativo, que a su vez tendrá su límite, que puede dar lugar a otro proceso imaginativo, y así sucesivamente. La posibilidad de profundización es indefinida.
(La foto que acompaña este post es una modificación hecha por mí de "La pared", de Superkas83, con licencia Creative Commons Attribution 2.0 Generic)